viernes, 28 de marzo de 2014

El alcoholismo en la pareja


“Mi vida en pareja fue “un dulce amargo”. Aún recuerdo con claridad todos aquellos momentos de viajes, reuniones, fiestas  en donde la copa llegaba a ser su prioridad. Aquel hombre a quien amaba mucho, admiraba y reíamos se transformaba por completo. Era un total desconocido para mí: agresivo, macho, necio, prepotente. En dos palabras –mala copa-.

Mi esposo, compañero de vida, confidente, padre de mi hijo estaba bebiendo mucho. Era un alcohólico y no quería parar. Había hecho todo lo que estaba a mi alcance para lograr que dejara de beber. Nada funcionaba. Nada.

Después de una ronda más de promesas, perdón y luego promesas rotas, me di cuenta que tenía una fuerte enfermedad emocional y física, alcoholismo. Mi vida era totalmente ingobernable, me convertí dependiente a él. Fue ahí cuando yo también necesitaba ayuda, estaba atrapada, encerrada en mi papel de víctima.”

El alcoholismo dentro de la pareja es una realidad. Hay que señalar que se trata de 2 enfermos: el alcohólico y el codepediente. Esto retroalimenta una relación destructiva, enferma y emocionalmente dependiente.

Para entender este tipo de relación es importante definir dos términos:

a) Alcoholismo: Un patrón desadaptativo de abuso de alcohol que lleva a un deterioro o malestar clínicamente significativos, manifestado por uno o más de las siguientes características, durante un período de 12 meses.

  • Incumplimiento de obligaciones, ausencias repetidas en el trabajo al igual que descuido de los hijos o de las obligaciones en el hogar.
  • Consumo recurrente del alcohol en situaciones físicamente peligroso (p. ej., conducir un automóvil)
  • Problemas legales repetidos relacionados con el alcohol (arrestos por comportamiento escandaloso, peleas)
  • Problemas sociales continuos o problemas interpersonales causados por los efectos del alcohol (discusiones con la esposa acerca de las consecuencias de la intoxicación, o violencia física)

b) Codependencia: Condición psicológica basada en la ingobernabilidad de la propia vida volcando el control sobre la vida de los demás. Baja autoestima, dependencia al otro  y miedo.


¡Yo lo puedo ayudar!


Durante muchos años te has dedicado a ser la salvadora de tu pareja. Sufrir, llorar, aguantar y tolerar no es algo nuevo en tu vida. Por desgracia hiciste tu elección de pareja de forma totalmente inconsciente a partir de heridas emocionales infantiles (abandono, baja autoestima, necesidad de aprobación y falta de reconocimiento). Justamente con él, logras el enganche perfecto de lo que estas en “falta”.


El codependiente


Las parejas de alcohólicos son personas fuertes pero también codependientes  (dependientes emocionales) de la forma de beber de su pareja. ¿Te suena familiar?
Si alguien necesita algo, consideras esa tu responsabilidad. Si alguien tiene un sentimiento, sientes que debes de analizarlo por él o por ella. Si alguien tiene un problema, lo consideras tuyo y lo debes de resolver. No sabes decir NO. Pasas la mayor parte del tiempo tratando de proteger y controlar la bebida de tu esposo, dejando que te controle y sintiéndote confundida por todo.


Todo para qué


Siempre estuviste dispuesta a rescatar a tu pareja. ¿No se supone que debemos de ser perfectos? ¿No debemos seguir esforzándonos sin importar cuánto duela? ¿No nos corresponde detenerlos y dirigirlos bien? Le prestaste dinero, le pagaste sus cuentas, le hablaste al jefe para justificar porque no fue a trabajar. Accidentes, choques, cuentas sin pagar, olvido de responsabilidades. Siempre ¡justificaciones y más justificaciones!


Problema generacional


¿Es común observar generaciones familiares de alcoholismo? Incomprensible entender cómo un hijo al vivir tanto dolor con un papá  alcoholizado sigue el mismo patrón de adulto.
Los hijos de adictos dependen de la fantasía de que pueden escapar del dolor de sus familias adictas a través de volcarse en alcohol. Otros miembros de la familia creen en la idea de que pueden eliminar el dolor de su infancia si consiguen una pareja adicta y logran que deje de beber.

Lo conocido es lo deseado


Reamente no entiendes cómo es que escogiste una pareja violenta ya que desde niña te juraste a ti un destino diferente al de tu madre. Pasan los años y ¡caes en lo mismo que ella! Lamentablemente guardas muchas heridas emocionales y estas características que viste en tu padre, que aunque te lastimaban, fue como aprendiste a convivir con tu primera figura de identificación. Es común que repitas patrones con tus futuras parejas ya que lo conocido para ti es lo seguro, sabes cómo lidiar con ese tipo de hombres.


¡Hablamos el mismo idioma!


Así se forma un ciclo generacional de adicción. Los miembros de la familia han aprendido el idioma del padecimiento; cuando es tiempo de formar una relación fuera de la familia, buscan a personas que hablen su mismo idioma. Esta búsqueda selectiva es a nivel emocional, inconsciente. Si te preguntas de forma frustrada: “¿Por qué sigo relacionándome con alcohólicos?”, la respuesta es: “Hablan el mismo idioma”.


¿Hasta dónde aguantar?


¿Ha jurado una y otra vez que cambiará por ti? ¿Cuántos perdones has escuchado? ¿Justificaciones? Debes entender que si estás conviviendo con una pareja alcohólica, lo más importante es reconocerlo y asumir que no cambiará jamás por ti. Tu pareja es quien tiene que tomar la determinación de su recuperación. Y tú también necesitas un proceso de tratamiento para comprender tus formas codependientes de relacionarte.




Tratatamiento


  • Alcohólico: Los adictos en recuperación, se centran en “el nosotros” en lugar de centrarse en el poder o en el placer. Se aprende a tener una relación de interdependencia con tu comunidad, su grupo de Alcohólicos Anónimos. Basados en el libro azul de los 12 pasos en dónde dejar de beber es tan solo el comienzo. Se encuentra que el ayudar a otros se ayuda a sí mismo a ser humano. Se basan en el principio “Te doy la vida, te doy la muerte. Elige la vida”. Esto finalmente es de lo que se trata el recuperarse de la adicción, escoger la vida.


  • Codependiente: Para las parejas afectadas por la forma de beber de un ser querido forzosamente  debe asistir a un grupo de Al-Anon y combinarlo con un tratamiento individual de psicoterapia. El papel de ayudar no es hacer cosas por la persona que estas tratando de ayudar; sino ser algo para esta persona; no tratar de controlar o cambiar sus acciones sino mediante la comprensión y el conocimiento  de modificar tus propias acciones: el dominio por el estímulo, el pánico por la serenidad, la inercia de la desesperación por energía el crecimiento para un autoconocimiento.

No hay comentarios:

Publicar un comentario